viernes, 30 de diciembre de 2011

LORO VIEJO NO APRENDE A HABLAR. Y CON ESE EJEMPLO APRENDEN LOS DEMÁS

Los medios masivos de comunicación más notables del país y de algunas regiones, han cultivado un modelo para juzgar al movimiento estudiantil universitario; normalmente, destacan sus cualidades negativas en detrimento de sus positivas; de está manera, forman un patrón con el cual los lectores de dichos medios hablan de una gran parte de los universitarios que protagonizan protestas.

Desafortunadamente, esos lectores no son los únicos quienes reproducen una imagen distorsionada del movimiento. Ciertas páginas web también juzgan a los estudiantes universitarios con base en el patrón ampliamente difundido por RCN, El Tiempo, Caracol, El espectador, City TV y muchos otros.

Con motivo al éxito de la movilización universitaria que logró el hundimiento de la reforma a la Ley 30, plantear la necesidad de una nueva ley para la educación superior nacida de los universitarios y reabrir el debate –entre los mismos estudiantes– en torno la organización estudiantil, el portal web de El observatorio de la universidad colombiana produjo y difundió, después de la realización de la IV sesión de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), una idea bastante tendenciosa sobre el futuro del movimiento estudiantil por medio del texto “Demora de la MANE en definir la propuesta de trabajo para una reforma se debe a división interna”.

Aunque quienes están al frente dicho sitio web se autodefinen al margen de cualquier compromiso ideológico, financiero o institucional, más que los del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, la información que difunden no se ajusta a tales valores, por cuanto la referencia al proceso político y organizativo desarrollado por los universitarios la hace en menoscabo del mismo; es decir, mínimamente faltan a la verdad y la franqueza propia de sus valores.

A partir de la inclusión y reproducción de algunas notas periodísticas emitidas por otros medios, las cuales intentaron auscultar la IV sesión de la MANE y pusieron de relieve los debates del momento, el portal en cuestión manipuló esa información con el fin de sugerirle a sus lectores un posible fracaso del movimiento estudiantil en cuanto a proponer una metodología para construir un proyecto de ley para la educación superior totalmente distinto al impulsado por el gobierno, y darse organicidad propia.

Texto publicado por El observatorio
de la universidad colombiana
alusivo al fracaso de la MANE.
La nota de la Agencia Estudiantil de prensa titulada “La MANE: un caso perdido o una condición para la victoria” y cuyo propósito comunicativo es dar cuenta sobre lo ocurrido en Neiva, particularmente en torno a las razones por las cuales la MANE no avanzó significativamente en términos organizativos, fue utilizada para sustentar la consideración realizada por El observatorio de la universidad colombiana: el movimiento estudiantil fue incapaz de proyectar su lucha.

Asimismo, la información relacionada, la cual corresponde a dos enlaces que envían al lector a dos textos (“Propuesta programática de la MANE para el gobierno demorará por lo menos siete meses” y “No se conocen resultados concretos de la MANE, realizada en Neiva”), reafirman las pretensiones del sito web. Estos titulares, extraídos del portal del Diario del Huila y de Prensa estudiantil, a simple vista destacan la incapacidad del estudiantado por responderle al gobierno de forma contundente.

Toda esta información por la manera como se encuentra organizada y presentada, legitima la mirada que han generalizado los medios de comunicación más influyentes. El esquema con el cual los responsables del sitio web se refieren al movimiento estudiantil se fundamenta, a todas luces, en la necesidad de destacar las imposibilidades e incapacidades de los protagonistas del momento; es decir, subrayan las características negativas del actor social aludido para, igualmente, proyectar una imagen pésima de dicho sujeto y, en definitiva, desprestigiarlo ante los demás.

Esto, desgraciadamente, controvierte el propósito del observatorio en cuestión, el cual “ha sido creado únicamente con el interés de ayudar a difundir lo que realmente pasa en nuestra educación superior”, como ellos lo afirman. Y lo trastoca precisamente porque ningún evento comunicativo (texto escrito o conversación) es inocente. Cada uno expresa una afiliación a unas determinadas ideas, y justifica y defiende unos determinados intereses o los contradice y combate. Lamentablemente, y con relación al tema del movimiento estudiantil, el observatorio se ubica dentro de los primeros, cual aprendiz sumiso que repite como loro.

martes, 31 de mayo de 2011

EN BUSCA DE BOLÍVAR DE WILLIAM OSPINA. UNA BREVE MIRADA

La proximidad a un personaje histórico, dice William Ospina en la paginas finales de En busca de Bolívar, no la garantiza la abundancia de información relevante sobre él. A veces –agrega–, los detalles más triviales develan una mayor cercanía, por cuanto sacan a flote la lánguida condición humana que, en ocasiones, suele perderse en las biografías.

viernes, 15 de abril de 2011

EL NUEVO DÍA Y LOS ESTUDIANTES

Representar a los actores sociales es una de las tantas facultades inherentes al uso de la lengua, tanto en su versión oral como en su expresión escrita. Por esto, las conversaciones y los textos ofrecen variadas ideas en torno a grupos o personas que ejecutan acciones.

La prensa en general, y la prensa escrita en particular, no escapan a esta cualidad. Frecuentemente hacen alusiones a ciertos sujetos. Bien sea para otorgarles alguna importancia, destacando sus cualidades positivas, o para catalogarlos como actores negativos o nocivos para otros o el orden existente.

La edición del 8 de abril del periódico El Nuevo Día es ejemplar al respecto. Específicamente, la noticia referida a la movilización del día anterior manifiesta el planteamiento esbozado, en tanto le concede a los estudiantes de la Universidad del Tolima características negativas. En últimas, rasgos que atentan contra la armonía de la sociedad.

Esto es apreciable desde el sentido global que sugiere la noticia. Al detenerse en sólo un evento de una gran jornada, mas no en significado general de la misma, el periódico sesga su mirada en función de destacar los hechos violentos que atentan contra la orden y, de paso, representar a los actores (estudiantes) involucrados como los provocadores y subversivos.

De igual modo, las fuentes a las que apela (soportes de famosa objetividad), permiten destacar a unos como los buenos y a otros como los malos. En este caso, el policía referenciado figura con valores positivos, en tanto evade la posibilidad de confrontación con los estudiantes. Mientras tanto el joven consultado se torna negativo, por cuanto justifica la alteración del orden a través de la violencia.

En este mismo marco, las imágenes son cruciales. Siendo un apoyo que pretende ilustrar la noticia, las fotografías muestran a los estudiantes como los rebeldes y destructores. Por esto, los retratos se detienen en los estragos causados por la horda juvenil y su apariencia, la cual parece ser violenta.

Otro detalle que no se puede perder de vista es la sección en la cual se encuentra la noticia. Judicial, la página de El Nuevo Día dedica a informar lo conflictos sociales, alberga la nota en cuestión. Para la edición del 8 de abril, el periódico reportó, junto a “Disturbios en la Universidad del Tolima” tres noticias más, las cuales hablaban de delitos y los sujetos que los cometían. En suma de actores sociales con caracteres negativos. En este sentido, si son delincuentes los que figuran en esa sección, entonces los estudiantes también son malos.

Por lo visto, todo indica que el periódico, al representar y reproducir una idea negativa de los estudiantes de la Universidad del Tolima, esta apoyando, de una u otra manera, la propuesta de reforma de la Ley 30, por cuanto –y parafraseando la sugerencia del diario– sería la única forma de extinguir el foco de resistencia y lucha que constituye la universidad publica

jueves, 17 de marzo de 2011

UNA INVITACIÓN PARA LEGITIMAR EL USO DE LA VIOLENCIA

El pasado 15 de marzo, la policía frustró, en las inmediaciones de la Universidad del Tolima, un robo a través de uso de la violencia, dejando como saldo un delincuente dado de baja y la recuperación de las pertenencias hurtadas.

En la edición correspondiente al 16 de marzo, el Nuevo Día informó sobre este evento: “Delincuente fue dado de baja en cercanías a la UT”, para lo cual le otorgo mayor trascendencia al homicidio del joven ladrón y minimizó la recuperación de los bienes robados.

La relevancia que el medio le concedió a esta porción de información se aprecia desde el primer párrafo (exceptuando el titulo), por cuanto destaca como principal logro de la fuerza publica la baja de un delincuente. Además, las voces que intervienen son insistentes en este aspecto, las cuales –una vez más– aluden como valida el exterminio de los ladrones que en la actualidad azotan a la ciudad.

Como es lógico, El Nuevo Día relega a un segundo plano la restitución de los objetos robados, por eso no es presentado como significativo y pasa a ocupar un lugar final dentro de la noticia.

En este sentido, el periódico contribuye a generalizar, entre otras, una idea asociada con el uso de la violencia como método para solucionar los conflictos sociales. Por esto, la policía debe liquidar la delincuencia para mitigar los robos.

domingo, 30 de mayo de 2010

SECUENCIA DIDÁCTICA PARA LA PRODUCCIÓN DE CRÓNICA LITERARIA. UNA OPCIÓN PARA ARTICULAR LOS EJES CURRICULARES DE LENGUA CASTELLANA

Juan G. Bermúdez S.
Docente-practicante y estudiante de 10º semestre del programa de Licenciatura en Lengua Castellana de la Universidad del Tolima.
Nubia N. García
Licenciada en Español e Ingles y docente del área de Humanidades de la Escuela Normal Superior de Ibagué.

En la actualidad, los docentes de lengua castellana vienen privilegiando diferentes maneras para favorecer la construcción del conocimiento. Estas han redundado, por una parte, en la elaboración de talleres y guías y, por otra, en el diseño y puesta en práctica de proyectos de aula o secuencias didácticas. Todas, aunque tienen un mismo fin, conciben el proceso de diferentes maneras. Por ello, ofrecen un abanico de posibilidades para la enseñanza de los procesos de lectura, escritura o al acercamiento a la literatura.

Desde la perspectiva del maestro, el reconocimiento de esta realidad obliga, necesariamente, a la adopción de un camino, como sucedió durante el primer semestre de 2009 con los estudiantes del grado décimo grupo seis de la Escuela Normal Superior de Ibagué, ya que el desarrollo del plan de asignatura se alteró en aras de favorecer una secuencia didáctica que los condujera producir una crónica literaria a partir de la deducción y construcción los conocimientos lingüísticos, textuales y discursivos pertinentes para elaborar este tipo de texto, es decir se reformuló el plan de asignatura, sin omitir algunos de sus elementos, para darle paso a un sistema de acciones intencionales relacionadas entre si y subordinadas a un propósito concreto.

No obstante, poner en práctica una secuencia didáctica por tan largo tiempo implica un reto: articular los ejes curriculares que configuran el plan de asignatura y desarrollarlos de tal manera que contribuyan con el propósito definido. Afortunadamente, esta propuesta no se circunscribió a la mera producción textual o producción de texto creativo. Por el contrario, no excluyó la relación con superestructuras no narrativas (argumentativas y expositivas); incluyó la elaboración de otros textos cuyas características son diferentes y no desconoció la existencia de representaciones semióticas.

En lo referente a los procesos de lectura, la secuencia didáctica los asumió como una condición indispensable para la producción textual, por cuanto fundamentaron la construcción, por parte de los estudiantes, de los elementos conceptuales que definen la crónica literaria. Por consiguiente, las lecturas, los análisis y las comparaciones entre crónicas y cuentos, les permitió a los estudiantes deducir una noción parcial sobre la crónica literaria. Además, fue complementada con la lectura y el análisis de las reflexiones de Celso Román, Libardo Vargas y Jorge Ladino Gaitán sobre el texto en cuestión.

Para materializar esto a plenitud, el sistema de acciones de la secuencia didáctica privilegió dos grandes corpus de textos: uno de crónicas y otro de cuentos. Estas lecturas condujeron a los estudiantes a familiarizarse con un tipo de texto desconocido para ellos, a diferenciar la estructura de cada uno y con ello a afianzar el carácter lineal del primero, teniendo en cuenta que este es una cualidad inconfundible de la crónica.

Frente a la producción de textos, la secuencia didáctica contempló la producción de otros y no solo del que es objeto de estudio. De hecho se fundamentó en esta necesidad, ya que la construcción de los conocimientos lingüísticos, textuales y discursivos pertinentes para la elaboración de crónica literaria, requirió de reflexiones metaverbales (producción de texto oral) y de la elaboración de escritos que sinteticen, expongan y expliquen ciertos conceptos y teorías o describan y comparen las cualidades de determinados textos. De este modo, la producción de diferentes escritos con distintos propósitos, contribuyeron a la consecución del objetivo de la secuencia.

En esta perspectiva, la confrontación de los preconcretos y los conceptos deducidos a partir de la lectura de ciertos textos en el aula de clase y ante los demás estudiantes, proporcionó mayor claridad sobre la naturaleza del texto que se estaba estudiando. Asimismo, la conceptualización sobre la crónica por medio de textos cortos de carácter expositivo (definiciones, mapas conceptúales, cuadros sinópticos y comparativos) contribuyó en la idea de construir los conocimientos básicos de carácter textual y discursivo sobre la crónica.

En relación con la literatura, la secuencia didáctica la valoró como imprescindible, no solo porque los estudiantes leyeron y produjeron un texto narrativo con características literarias, sino porque reconoció la crónica como manifestación estética, que apela a algunos recursos literarios y pretende reelaborar la realidad sin distorsionarla. En este sentido, la secuencia le otorgó un tratamiento pertinente, a partir de algunos conceptos y categorías de la teoría literaria, específicamente de la narratología.

Al respecto, mientras los estudiantes diseccionaban las crónicas desde el punto de vista textual, caracterizando sus temas y las formas como se estructuraban (macroestructura), también identificaron los recursos narrativos a los cuales apelaban su autores. Para ello, se familiarizaron con diferentes formas de describir, con los tipos de narrador y con el tratamiento que los escritores le otorgaban al lenguaje. Esto, posteriormente, les permito perfilar su narración de conformidad con los criterios que impone una crónica con matices literarios.

Como es perceptible, gran parte del proceso de construcción de una crónica, a parte de haber estado mediado por la deducción de conocimiento y de una serie de elementos procedimentales para elaborar una narración, se encontró matizado por el dialogo y la argumentación. Por fortuna, hacen parte indisoluble de la dinámica que engendró la propuesta, ya que potenció en los estudiantes el reconocimiento del discurso del otro, la interacción con el mismo, la negociación de sentidos y la construcción de acuerdos.

Todo lo anterior hace parte de las del proceso de desarrollo de la secuencia didáctica, fundamentalmente de lo que implica la propuesta. Sin embargo, sus logros tangibles no solo se manifiestan en las bondades anteriormente expuestas, sino también en un escrito sujeto a unas características determinadas que develan el fortalecimiento de la competencia textual, pragmática, enciclopédica y en la capacidad de escudriñar y reelaborar la realidad.

Basta leer ciertos textos para evidenciar que su organización es sumamente coherente, sin ambages en cuanto al desarrollo del tema y con problemas minúsculos, casi inexistentes, en cuanto a la cohesión de las oraciones que constituyen los párrafos de la crónica. Igualmente, dan cuenta de un enriquecimiento en el vocabulario de los estudiantes, el cual no es más que un fortalecimiento de su enciclopedia personal, y que les permitió construir pequeñas imágenes (figuras retóricas) a partir del uso de sinónimos y antónimos y que derivaron en comparaciones, exageración y una que otra metáfora.

El domino sobre estos aspectos formales, que si bien es importante, a su vez les permitió a los estudiantes tejer, por medio de sus textos, una muy clara visión acerca del mundo. Por ello, en calidad de narradores, asumen la tarea de develar, en la mayoría de los casos, las condiciones materiales en las que se encuentra la sociedad. En esta perspectiva, las crónicas que abordan la prostitución, el abandono, los conflictos intrafamiliares, las peleas callejeras y la dejadez institucional de algunos espacios, son una muestra fehaciente de la realidad que circunda su alrededor.

Para lograr este propósito, el ejercicio investigativo, de indagar sobre la realidad no fue gratis, teniendo en cuenta que es una condición inevitable para la elaboración de una crónica. Esto les ofreció a la mayoría de los estudiantes los insumos necesarios para palpar, sintetizar y reelaborar la realidad. De esta manera, minimizaron el carácter ficcional de sus elaboraciones y le dieron prioridad a lo que sucede a su alrededor. En síntesis, como lo afirma el profesor Libardo Vargas, la crónica resultó “ser un alumbramiento de lo extraor¬dinario de nuestra cotidianidad”.

El desarrollo de la secuencia redundó en una explosión, no solo del ingenio creativo para contar, sino de las potencialidades necearías para hacerlo. Por esta razón, la propuesta titulada “secuencia didáctica para el desarrollo de crónica literaria” se reviste de un carácter integral, por cuanto potencia los conocimientos lingüísticos, textuales y discursivos pertinentes para elaborar un texto con matices literarios, al calor de una articulación entre los ejes curriculares establecidos para grado décimo.

BIBLIOGRAFÍA

- Camps, Anna. “Proyectos de lengua entre la teoría y la práctica”. En: Secuencias didácticas para aprender a escribir. Editorial Grao.
- Cassany, Daniel. “¿Que es el código escrito?”. En: Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir. Editorial Paidós. Buenos Aires, 1989. Paginas 27-49.
- Cassany, Daniel. “¿Que es el proceso de composición?”. En: Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir. Editorial Paidós. Buenos Aires, 1989. Páginas 101-118.
- Gaitán Bayona, Jorge Ladino. La crónica: más allá de la máscara y la resignación. En: Crónicas y cronista colombianos para el siglo XXI. Institución Educativa Santa Teresa de Jesús. Ibagué. 2005. Paginas 42-43.
- Pérez Abril, Mauricio. “Un marco para pensar configuraciones didácticas en el campo del lenguaje, en la educación básica”. En: Investigar la lectura y la escritura. Gobernación del Valle del Cauca. Secretaria de Educación Departamental. Buga, mayo 5 y 6 de mayo de 2005.
- Van Dijk, Teun. “Texto y gramática”. En: La ciencia del texto. Editorial Paidós. Buenos Aires. 1978. Páginas 31-78.
- Vargas Celemín, Libardo. Las crónicas andan sueltas. En: Crónicas y cronistas colombianos para el siglo XXI. Institución Educativa Santa Teresa de Jesús. Ibagué. 2005. Paginas 164-167.
- Román, Celso. Anotaciones para la crónica. En: Crónicas y cronista colombianos para el siglo XXI. Institución Educativa Santa Teresa de Jesús. Ibagué. 2005. Paginas 100-101.